"Observando desde un punto cualquiera de la realidad, desde allí, donde sólo habita un árbol solitario, desde aquí, donde habitan tantas caras llenas de historias que contar a nadie..."
De color indeterminado,
del color en el que se tiñen las flores cuando se pone el sol,
el sol de un mes cualquiera de Verano,
como una tierra hollada y destrozada,
mirando desde el horizonte las caras agotadas,
cruzadas, vacías de magia,
sobre charcos vacíos,
lanzando encantamientos contra la oscuridad,
pretendientes de la igualdad,
desde esa atalaya lejana,
se ve un árbol en medio de nada,
de una colina rodeada de nada,
de hierba teñida en un baño de atardecer soleado,
un árbol de hojas secas casi vivas,
que mantiene en su interior la ilusión,
quejándose entre crujidos contra el viento,
lamentos de mirar tanta cara ajada,
vacía de magia,
bastante cansadas por otra parte,
contando los días como quien cuenta ovejas,
dejándose caer en espirales de colores,
de colores indeterminados,
del color que se tiñen las flores cuando se pone el sol,
las flores que no rodean al árbol solitario en su solitario retiro,
sobre esa colina a la que llama su atalaya,
tratando de situar cada pieza de su puzzle,
el que ocupa todo ese horizonte que alcanza su vista,
el que sus ramas alcanzan, altas hasta el cielo bajo,
que roza sus hojas secas casi vivas,
haciéndole llorar gotas de resina dorada,
de un extraño color a la luz del atardecer del sol...
antonioaa
