"Tener al día al menos cinco minutos de felicidad para financiar tu alma, tener al menos cinco minutos de canciones de folk americano, guitarras y brisas de veranito que te alegra la vida..."
Se quedó en las ramas,
donde se posan las tórtolas a mirar,
donde esperan el alpiste del hombre en la ventana,
mirando y pensando,
pensando en irse allá,
a las ramas donde las tórtolas descansan,
agobiado y obtuso como está,
obtuso en la indiferencia,
obtuso en su sueño confuso,
pisando cada baldosa como el que flota en las nubes,
dando traspiés del que comienza a caminar,
entre baldosas,
con las puntas de los pies mirando al frente,
y los ojos fijos en algún punto de atrás,